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Foto del escritorKilafen

Gordon Storey: “Uruguay debe focalizar su producción en la especialización y en la alta calidad”

Actualizado: 4 oct

El empresario destacó las oportunidades del país para diferenciar sus agroalimentos y dijo que el objetivo debería estar en la producción de carne neutra en carbono.


Se puede apuntar a mejorar la eficiencia del secuestro de carbono y ser productores de carne neutra en carbono, sostuvo Gordon Storey, director de Kilafen, durante esta entrevista con VERDE. Además, señaló que la producción agrícola potencia fuertemente la ganadería, “le da una velocidad enorme”, y esa interacción aumenta la productividad global del campo. El empresario se mostró “convencido” de que esa integración es la gran fortaleza para el desarrollo de la zona centro de Uruguay.


También marcó que en la agricultura uruguaya el modelo de los pooles de siembra “está virtualmente agotado” y resaltó que el comercio de granos opera en todas las regiones agrícolas y “es terriblemente competitivo”, lo que “es sano para el país y los productores”. Esto llevó a un “replanteo” de la estrategia empresarial de Kilafen, que desde hace un tiempo está desarrollando diferentes servicios y continúa con la producción agrícola-ganadera.






Ha destacado que Uruguay debe tener el foco puesto en la especialización, ¿qué implica esto?

La especialización es una fortaleza que tiene Uruguay. Cuenta con gran variedad de suelos, todo eso está mapeado, a partir de un trabajo muy serio y muy bueno. Y allí, zonalmente se pueden mirar microemprendimientos con alta productividad, buen margen y buenos rendimientos. Uruguay maneja un rodeo de ganado vacuno que está más o menos estabilizado en 12 millones de cabezas, pero es extensivo. Y la agricultura se realiza fundamentalmente en la zona del litoral y también de forma extensiva. Pero es muy difícil que Uruguay pueda competir en volumen con dos grandes vecinos como Argentina y Brasil. Entonces, me parece que tiene que aprovechar la especialización que puede surgir a través de la trazabilidad, de la forma que están mapeados los campos, los planes de uso y manejo de suelos, y buscar lo que mejor funciona, para tener ganancia por producción y no por tenencia.


Hace más de 10 años me dijo en una entrevista que en Uruguay la ganancia se basaba en la tenencia y no en la producción ¿Hubo cambios?

Ha cambiado, sin duda. Y el número más visible es la evolución de la tasa de extracción del rodeo. Hubo un salto muy importante. No se ha llegado al nivel de las ganaderías más desarrolladas, pero hay una tendencia creciente y eso es lo destacable. Ahora se sigue faenando 1 millón y pico de novillos por año, pero bajó el alto porcentaje de novillos de cuatro años para arriba. Ahora el porcentaje más alto está en los novillos de tres años para arriba. Dentro de poco será más joven, y lo que va a ocurrir es que habrá más espacio para las vacas. Entonces, los niveles de extracción seguirán subiendo y aumentarán la producción de terneros y la eficiencia de faena.


¿Y cómo sería la especialización de la ganadería en Uruguay?

Uruguay está muy bien posicionado para fijar parámetros de especialización, pero tiene que aumentar los índices de producción. En todo sentido, desde la preñez hasta los pesos de carcasas. Todo eso es especialización a partir de la nutrición, ya sea pastoril o a grano; pero hay que aumentar la productividad. También se deben tener en cuenta las certificaciones. Hay un tema muy importante para la exportación de nuestra producción, que está vinculado a las cuestiones ambientales. Podemos apuntar a mejorar la eficiencia en la captación de carbono y a ser productores de carne neutra en carbono. Allí incide, por ejemplo, la rotación del pastoreo. Este tipo de cosas ponen a Uruguay en un cuadro muy favorable. Ya sabemos qué es la trazabilidad, y desde el punto de vista ambiental el país también es muy eficiente, debido a la forma en la que se maneja, pero a todo eso hay que certificarlo. También hay que certificar el manejo de bienestar animal. Ese tipo de certificaciones son cosas que hay que tener muy en cuenta para poder venderle calidad a nichos de mercado en Europa. En Rotterdam vi un galpón enorme con cajas de carne de Canadá, Irlanda, Australia, Argentina y Uruguay. Y pude ver exactamente por qué no se llevaban ciertas cajas de un ojo de bife uruguayo: no tenía el marmoreo suficiente, porque la recría de ese animal se había hecho sobre un campo duro. Eso está reflejado en la extracción del rodeo. Si hay un novillo de tres años, ese novillo comió pasto duro todo el tiempo y lo mandan a engordar a último momento para llegar a la cuota 481. Le ponen un manto de grasa, pero la carne no tiene marmoreo y no es apetecible. Hubo un momento en que se buscaba carne magra, pero hoy lo que se busca es la terneza y la calidad del animal. Hay mucho para trabajar en ese sentido.


¿Imagina este proceso solo para Europa o también para China y el Sudeste Asiático?

Me parece que está clarito. El Wagyu, que está agarrando cierto impulso acá, es una raza que se especializa en marmoreo de carne y tiene un precio diferencial muy grande. Llama la atención que para llevar un novillo Wagyu a 700 kilos le dan de comer 1.500 kilos de maíz y genera margen. Mientras que nosotros, para la cuota 481, damos ración por 100 días y si no entramos a faena el día previsto y tenemos que seguir con el ganado en el corral, se nos va el margen. Indudablemente la calidad tiene demanda en el mundo.


¿Es Asia un destino natural para ese tipo de carne?

Sí. En Asia están los altos demandantes. Tuve la oportunidad de ir a China un par de veces y allí hay más millonarios que en toda Europa. Más allá de los vaivenes comerciales, todo eso genera una oportunidad para trabajar y consolidar nichos, que nos permitirá marcar proyecciones más largas.


¿Cómo se introduce el concepto de la especialización en agricultura?

Nos instalamos en el centro de Uruguay porque desde hace mucho tiempo teníamos contacto con esa región. En el arranque de la expansión agrícola fui a sembrar a Durazno y la lejanía con Nueva Palmira realmente era un problema, porque no había servicios de ningún tipo. Por esa razón nos fuimos con Kilafen al centro, para ofertar servicios a los productores y a la vez acercar el puerto de Montevideo a todo ese proceso. La agricultura en el centro del Uruguay tiene una gran oportunidad. En esa zona todos los campos tienen por lo menos un 20% de excelente capacidad agrícola. Y para tener una buena producción ganadera, lo que se necesita es nutrición. La nutrición pasa por praderas y por algo de granos. Un 20% del área de cada campo es donde tiene que poner el foco el productor. Y una pradera no se hace directamente sobre el campo natural, se hace con una rotación agrícola eficiente, y esa eficiencia en agricultura interactuando con la ganadería aumenta la productividad global del campo. Estoy convencido que esa es la gran fortaleza para el desarrollo que tiene la zona centro de cara al futuro. La especialización agrícola le generará ventajas competitivas a la ganadería.


La agricultura le introduce otro ritmo a esa ganadería, le agregaría más velocidad.

La agricultura sería el promotor de aumentar la productividad ganadera. Siempre he escuchado que el avance de la forestación y de la agricultura le quitaría espacio a la ganadería, y creo que es exactamente al revés. Para la captación de carbono habría que pensar en líneas de trabajo donde la forestación se hace en función a la ganadería y no al revés. Porque eso sería altamente eficiente en el secuestro de carbono y mejoraría los campos de Uruguay en general. Me parece que se avanzaría muy fuerte en ese sentido para mejorar diferentes indicadores. La producción agrícola potencia fuertemente la ganadería, le da una velocidad enorme. Creo que haciendo esas cosas es que Uruguay va a explotar, tiene todo para hacerlo.


¿Cuáles son las diferentes unidades de negocios de Kilafen?

A principios de los años 2000 arranqué en Uruguay con una visión de producción y acopio de grano, pero lo que quería era exportar todo lo que producía en el país. Entonces, me instalé cerca del puerto de Nueva Palmira (Colonia), porque no había plantas de silos, no había servicios de acopio, y me fue muy bien. Esa visión se cumplió y esa etapa se terminó. Instalamos una de las primeras plantas en Nueva Palmira, donde hoy están todos los grandes jugadores y exportadores de granos. La comercialización de granos opera en todas las regiones agrícolas y es terriblemente competitiva. Todo eso hizo que el margen de ese negocio para empresas como la nuestra se viniera a nada.


¿Competencia en la compra de granos?

Es muy alta la competencia, y tiene muchísima calidad. Están todos los jugadores grandes. Eso es sano para el país y para los productores, pero es muy difícil competir en ese terreno.


¿Y eso hizo replantear la estrategia?

Claro. Focalicé las operaciones en el centro del Uruguay, donde creo que vendrá un gran polo de crecimiento. En Goñi (Florida) está nuestro centro de actividades integrado por la planta de acopio y servicio de atención del grano, la planta de alimentos balanceados y la planta de procesamiento y acondicionamiento de semillas. Ahora, con el ferrocarril, se pueden maximizar las oportunidades. Estamos instalados al lado de la vía y de la ruta 5. El grano en el mundo se transporta por agua o por ferrocarril. Y la base de operaciones de Kilafen tiene al ferrocarril prácticamente adentro, lo que significa que el puerto de Montevideo nos queda al lado. Creo que el desarrollo del centro del país tiene un flujo directamente vinculado al puerto de Montevideo, y desde el punto de vista económico es absolutamente viable. De casualidad o no todo eso está operativo, y es algo que imaginaba quizás para los próximos 20 o 30 años.


¿Está proyectado un desvío hacia la plata?

Está proyectado. Lo hemos conversado con las autoridades del Ministerio de Transporte y Obras Públicas. Además, prácticamente el 60% de la utilización del ferrocarril central está ociosa. UPM va a ocupar algo más del 40% de la capacidad de uso que tendrá el ferrocarril. Se necesita que la gente genere kilos para transportar y eso traerá beneficios a la zona.


¿Cuánto puede bajar el flete?

No tengo el cálculo, pero la distancia es muy pequeña; no creo que sea cuestión de costos.


Pasa por una solución operativa.

Sí. La descarga de los trenes es fundamental. Todos los servicios portuarios tienen que ser muy eficientes. Las autoridades lo tienen claro. Kilafen es la empresa que en este momento está mejor posicionada para brindar servicios de logística a productores y exportadores para abastecer de granos al puerto de Montevideo.


¿Kilafen ofrecerá su know how agrícola a productores ganaderos de la zona centro?

Es el foco que queremos poner. Quiero trabajar con la gente y no necesariamente hacer mi propio negocio, que sería arrendar y sembrar. En cambio, si el productor siembra, tiene nuestro asesoramiento y servicios, y generamos volumen para las exportadores que operan en el negocio de granos. Es un ganar-ganar para todos. La búsqueda apunta a negocios integrados con el productor, donde ingresan todos los servicios que podemos brindar, desde el abastecimiento de insumos hasta el acopio de granos, acompañado de las finanzas, seguros, entre otros.


La idea es explorar otras posibilidades.

Se abren otras posibilidades de negocios con los productores que quieran arrimarse. Hay que explorar asociaciones, pensando en que a las partes nos vaya bien. Cada uno poniendo lo que hace de forma más eficiente, para apuntar a sistemas con especializaciones. Por ejemplo, vamos a poner alta calidad para desarrollar un campo donde el objetivo sea pasar de 100 a más de 200 kilos por hectárea. Con eso hay un incremento de la rentabilidad, hay mejores negocios para el dueño del campo y para Kilafen. A partir de allí comienza el ganar-ganar.


Usted fue de los primeros que llegó a sembrar en Uruguay, y sigue a pesar de las diferentes variables que ha tenido el negocio. Muchos de los pooles de siembra que llegaron en aquel momento hoy no están. ¿Ese es un modelo agotado para las condiciones de la agricultura uruguaya?

Sí, creo que es un modelo virtualmente agotado. Eso era escala, básicamente, impulsado por los argentinos. Es un modelo muy afianzado en Argentina, donde se realiza una agricultura de escala, que se hace por teléfono, por decirlo de una forma. Porque los campos son mucho más parejos, el contratista va y ejecuta la operación. Y en Uruguay hay que estar al lado de la sembradora todo el tiempo, porque los campos son distintos, los suelos son muy heterogéneos, las herramientas trabajan diferente en un suelo y en otro. Hay muchísimos detalles para cuidar, por lo cual no se puede manejar de forma extensiva. A la figura pool de siembra no la veo como una alternativa en la agricultura uruguaya. En cambio, veo a Uruguay con una gran fortaleza en la especialización, para apuntar a la alta calidad. Ese debe ser el diferencial para todo, acá no podemos competir con volumen, tenemos que focalizarnos en la alta calidad.


Tarjeta Personal

Gordon Storey es argentino, ingeniero agrónomo, con estudios en la Universidad de Edimburgo (Escocia). Fue director de AACREA y en 2003 fundó Kilafen SA en Uruguay, empresa que opera con diferentes negocios del agro. Fue administrador general de Waldron SA, que gestionaba más de 100.000 hectáreas agrícolas-ganaderas en la zona núcleo de Argentina. Y fue productor agrícola-ganadero en Entre Ríos (Argentina)



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